EL ACCIDENTE
La
velocidad tendió sus manos
con
engranajes del destino,
con
sangre se lubricaron,
una
mañana de abril.
Una
mujer , partió
sin
retorno en eterno viaje,
con
Santos Oleos de llovizna
el
amanecer Santo Crisma,
la
neblina inmensa mortaja,
y el
cielo la gran caja.
Fierros
retorcidos los cirios,
por
el impacto encendidos,
vidrios
rotos las coronas,
humo
de muerte, incienso,
neumáticos
requemados.
Remolinos
de viento deudos,
en
el panteón del mundo,
Hoy
te lloran muy profundo,
las
arenas del asfalto,
con
letras llora tu partida.
Una
cruz allá clavada
Hoy estas prendida,
en
la luz que miro.
en
el viaje sin espera.
Eres
la señal que me guía,
Madre
mía
Y señal
de mi carretera,
ANCIANO
Se
te ha caído la cabeza,
por
el peso de recuerdos.
clavadas,
tus piernas
sujetando
destino chacarero.
Tu
espalda mogote de arcilla,
donde
valor, doblaste
Goznes
viejos tus manos,
en
puertas de esperanza.
El
yeso de tus barbas,
en
el Carnaval de la vida.
Rapeada
está tu frente,
e
surqueada está tu cara.
Se
te ha perdido el sendero,
entre
malvas y enredaderas.
Hoy
tu prefieres el atajo,
al
hombro pesada sombra
Tus
huellas lerdas, quedas,
cansadas
de tus pies yertos.
Vago
destello tu mirada,
entre
surcos y huertos.
Son
tus manos dos desiertos,
de
caricias sedientos
Yemas
de tus secas ramas,
están
por siempre marchitas
Se
mece lánguida tu voz, sola,
en
los sauces secos de tus labios.
Se
ha chamuscado tu madera,
en
el fogón de los años idos.
Tus
pasos lejanos y dolidos
apenas
se pierden en tu alma.
Toda tu sangre como sabia,
en
pacaes higueras y jazmines.
Se
escurre tu existencia a pocos,
entre
los dedos de tus esteras.
Permanece la ceniza de tu leña,
en
el rescoldo de tu amor.
La
muerte poda tu ramaje,
con
filo instrumento.
Hoy
se te corre el aliento,
por
la acequia de tu vejez.
ESE ES MI PADRE
Ha cultivado en sus ojos,
mirada de nostalgia.
Ha sembrado en su cara,
una blanca barba.
Sus manos han
tallado,
hijos de esperanzas.
Su voz ha escrito,
ternura y ejemplo.
Sus pies han arado,
surcos de huellas,
por donde lleva acuestas
todo el peso de sus hijos.
Ha pintado con humo,
los recuerdos las fiestas
escasas de sus feriados
Meció con manos de viento,
las cunas tiernas del mundo
llenas de frescas miradas
Ha enterrado lo imposible
y ha colgado la esperanza
en cada retoño fecundo,
Ha escondido el llanto,
en un rincón de la vida
y a resucitado siempre
el trabajo con sonrisas.
Ese pellejo palpitante
de sufrida y vieja camisa
es mi padre que me acaricia.
ANCIANA
Es
largo el ocaso,
en el día de tu vida
Tus ojos volando,
en la tarde de tu rostro.
Labios marchitos,
en el jardín de tus besos.
Frío calostro,
en el vaso de tu boca.
Marchitos carrizales,
tu cabellera moribunda.
Nidos abandonados,
en el árbol de tu pecho.
Tu voz, lejano trinar,
de pájaros perdidos.
El bosque en otoño
de tu cuerpo, se seca
en la loma del olvido.
En la penumbra de tu figura,
hay estrellas y luceros
que hilvanan tu mortaja.
Nocturnos habitantes
son tus ademanes
Las sombras de tus pasos,
llegan con el frío de soledad
Anciana noche bella
gestante de misterios.
Pasan tus horas
con serena brisa,
te vas suspirando
como el niño y juguete
que persigue una sonrisa.
CANTO A MOQUEGUA
Se
me empoza la vida
esta
tarde del tiempo
cuando
quiero entero
cantar con el viento
Con
voz de polvareda
con
coro de mogote quebrada
mina,
esperanza, huerta,
callejón,
calleja, y mojinete
Cantar
con instrumentos líticos
de
cerros de Chen Chen
Huaracane,
los Angeles
El
Baúl y Yaguay
Cantar
con eternos ritmos
de
acequias escondidas
de
fértiles surcos
Con
cuerdas enredaderas
darán
arpegios de flores
jazmines
y rosas los bordones,
pentagramas
los surcos
en
la partitura del valle
escritas
por los gorriones.
Las
notas, los maizales
pacaes,
paltos floridos,
molles,
chilcas y yaras
Cantar
con lo profundo
de soleadas tardes
de sedientos días
Cantar
con picaflores
con
carrizos con esteras
con
pipas y vacías tinajas
Tomar
las manos de adobes
hacer
ronda con cañas bravas
con
neblina garúa y sol
cantar soplando tus comidas
vivando
peleas de gallos,
saboreando
pisco chicha baya
Mi
voz así sonora
cantando
otra vez gritando
junto
con la aurora
con
toda la música del mundo
a mi
tierra de Moquegua
Moquegua
Tendidas en la ladera
tus enjutas calles y callejas
el Chen Chen zigzaguean
buscando moradas terrosas
Los adobes de tus casas
amasados con historia
orgullosos se levantan
Tus esquinas quebradas
por el peso de recuerdos
se encogen misteriosas
tus veredas intestinos
digieren pasos de nobleza
en abdomen de cemento
Ojos de hierro forjado
tus vetustos ventanales
guiñan con sombra y luz
a los peregrinos
Del tiempo colgados
tus metálicos balcones
silenciosos testigos
de amores y serenatas
Tus casas han peinado
sus cabelleras de barro
con peine de caña brava
en formación apiñadas
ven la esquelética ribera
de tu río nutriente
Conversan abuelos portones
con enmohecidos goznes
de añejos tiempos
Cabalga en tus mojinetes
el sol ardiente de tus días
en la carrera de la historia
Puertas de bodegas sonrientes
muestran sus dientes cobrizos
de preñados tinajones
Son mítica osamenta
huella de gloria y esplendor
tus conventos de sillar
Poema de hierro
con versos de agua
y rimas de formas
tu europea pileta
Tu plaza con ficus clavada
en le muro de la gloria
Ha salpicado la noche
sus estrellas y luceros
en tu límpido cielo
Moquegua como ninguna
eres poncho de casas
entre mogotes tendido
para abrigar a la luna
MOQUEGUA HAY EN TI
Hay en tus laderas
salpicadas unas casas
con escarcha de tierra.
Brotan en quebradas
con ramas de adobes
hojas de esteras quincha
Crecen escondiéndose‚
en el Chen Chen los Ángeles
Son cactus de barro eterno
que se amasó con valor
con temple de tus hombres
con el sudor de tus mujeres
con el llanto de niños
Ha quedado en esos cactus
adherido en sus espinas
tu historia y valor
Vive en ti sol ardiente
ronda entre los cerros
calcina arcilla de tus hijos
de alumbrar va a morir
entre arrugas de la tierra
degollado por la tarde
derrama su sangre tinta
en el cielo y el horizonte
con esa hemorragia diaria
se muere en cada ocaso
Salpicadas, casas sedientas
son ahora fracturados huesos
entablillados con mojinetes
que parchan sus heridas
con balcones y ventanales
Son luciérnagas‚ tus faroles
volando la tarde del pasado
centelleantes, son notas de luz
Tu plaza delicada filigrana
de balcones pileta recuerdos
fijada en la solapa del ayer
con alfileres de añosos ficus
Moquegua naciste silvestre
tus raíces arañan
las entrañas de la tierra
las ultimas gotas de agua
las cuelgas en las ramas
amarrándolas con dulzor,
en tus frutos y retamas
Moquegua humilde madre
en ti se nutre de cobre,
tu gente, el sur del Perú
SUSPIRO POR MOQUEGUA
Moquegua por ti suspiro
Por tus jazmines tu
aroma
Por agua de tu boca
toma
Por tu sol, del cerro Capiro
Por la luz que hoy
miro
Por la cuculí de tu plaza
Por el barro de mi casa
Por
los juegos la niñez
Quiero por última vez
Dejar en ti toda mi raza
Peinada MOQUEGUA
De mojinete peinada
tu vereda me ha llevado
junto a tu luna plateada
que en tus quebradas
se quedado enamorada
Junto al camino de tu valle
cantan las cuculies
En algunas de tus calles
deshoje de amor alhelíes
que me diste para mi
Toda de sol pintada
la chicha ha bautizado
tu campiña soleada
se ha quedado grabada
en mi alma trasnochada
Estaré por la Alameda
el Huayco San Bernabé
en Samegua y su arboleda
tu nombre yo cantaré
este donde yo esté
Al escurrirse mi vida
regresaré por tu suelo
a morir con tu bebida
regresaré en revuelo
de palomas en tu cielo
Moquegua
Atardecer
El poncho rojo de la tarde
arroja atardeceres ocasos
luego guiños de estrellas
rayos débiles moribundos
Se prenden los luceros
en el escenario del campo
así comienzan los solfeos
de las criaturas terrestres.
Un chihuanco llama la lluvia,
con voz anochecida
recita versos la lechuza,
a los sapos del puquio.
Sopla las antaras el viento
con música chacarera
un perro insistente acusa
a la tarde que se lo lleva.
Una rata muere en llanto
por el hambre de agosto
arrulla la oscuridad el búho
al charco de la ladera
Murmulla un perdón el gato
a su suerte cazadora
El agua gorgoteando reza
entre la grama hierba buena
Despacito pasa la voz el
pato
a las gallinas remendadas
El gallo se despide airoso
de las palomas en arrullo
Con campanillas relincha
alegre el caballo y ríe
al negro humo de la noche
Al pavo lo come la sombra
sacrificándolo en la quincha
El sol se estira quedo
bostezando sus últimos rayos
en el horizonte plañidero
El arroyo que se lleva
al mugido lastimero
de terneros huérfanos de luz
Se chorrea entre el monte
lentamente toda la noche
Avisa rápido el Quis Quis
que ya llega el silencio
Un poco de muerte feliz
en la campiña de Moquegua
Moquegua pincel
El tiempo es el pincel
el horizonte es el lienzo
con tu nombre al comienzo
para pintar tu vergel
las acuarelas son la miel
que hay en tus frutales
el marco tus sauzales
tu campiña el modelo
la paleta todo tu suelo
con acequias y puquiales
el Chen Chen te abraza
los Angeles tu centinela
todo el Siglo te modela
con quebrada se enlosa
el valor u temple de tu raza
Creces Moquegua bagual
en ardiente pedregal
entre cerros peñas y cascotes
greda polvo y mogotes
fragante margarita sin igual
Los balcones como viseras
de melenudos mojinetes
son del pasado los aretes
en polcas serenatas primeras
valses y marineras.
Ventanales las prisiones
de recuerdos y perdones
en zaguanes majestuosos
Llenas tus sollozos
en antiguos tinajones
Tus calles de espacio escaso
se arrodillan en la ladera
donde quincha barro esteras
y mojinetes todos del brazo
están brindando un pedazo
de sombra fresca morada.
Hace venia la bajada
al valle y a la ribera
en ti por vez primera
quedó mi alma enamorada
Tumba en la lomada
Firmeza me dan tus volcanes
Ticsani Ubinas
silenciosos guardianes
de tu ricas minas
Me entregaste por rosario
tus luceros y estrellas
hoy llevo por escapulario
a tus mujeres bellas
Me entregaste tus quereres
tus moras tus jazmines
me diste querubines
en tus arroyos cristalinos
Me entregaste carnavales
tus mojinetes tus huertas
tus dulces y bebidas
tus manjares y comidas
Te pido a ti Moquegua
me des por última morada
una tumba en la lomada
Hora del cemento
Agonizantes mojinetes
en la hora del cemento
Uno a uno va muriendo
enfermos por el futuro
solos se van perdiendo
en la tumba del pasado
los va llevando la historia
en barro cañas y lumas
se van yendo a la gloria
a dar morada a almas
a dar calor y aposento
a finados moqueguanos
Un vacío va quedando
que no lo llena el ladrillo
la loseta hierro hormigón
ni tampoco el cemento
Agonizantes mojinetes
son pasajeros del mundo
que se quieren despedir
de las calles de mi tierra
Poncho de luces
El calcio de mis huesos
a tus surcos regresarán
y con tu agua subirá
a tus damascos y cerezos
y ya maduros llegarán
a bocas y paladar
de la gente forastera
Así recuerdo mis huesos
anidarán en tus torcazas
en los sauces caña brava
empollarán luego partirán
llevando esperanza plena
y beberán en tus arroyos
Blanco mineral cantará
por las tardes de verano
La voz se hará sube brisa
será eco en tus bodegas
en tus retretas domingueras
en tus cuestas y laderas
Y cuando la luna reclute
todas las estrellas y luceros
y se haga pocho de luces
esculpiré en ellos
a ti Moquegua
Las esteras
El viento silba en cañas
canta en las calles
con partitura de chozas
con cuerdas de puntales
con arpegios de flores
con bordones de esquinas
con pentagramas de cuadras
Con esta canción eterna
harán ronda las sombras
en las tardes soleadas
acompañarán las esteras
las quinchas las ramadas
y mareadas de esperanza
tomadas danzaran hasta
caer
en Estuqiña Samegua
San Antonio San Francisco
a los pies de mi Moquegua
yerbas de mi tierra
Las yerbas son el remedio
en emplastos o mate
Muy abrigado o calate
en un rincón o en el medio
al vientre o muslo pedio
Para alejar la huesuda
pásele caliente la ruda
Para alejar el llanto
métale al culantro
y chiriro si se suda
Tiquil tiquil para el riñón
Para curar la nariz
póngale duro al anís
Azahares para el corazón
Cura la tos el cedrón
Para el intestino yerba
buena
malva para la vena
Si tu alma quiere paz
póngale el callacaz
de la huerta de la Elena
Para los suspiros jazmín
Si no quieres ser petiso
es el mate de carrizo
Si te duele el pipilín
el molle es muy afín
Para los cálculos el llantén
lo tomas y santo amen
Para orinar el apellido
Lloque bien molido
Combinado con zen zen
Para las brujas retama
Para el susto el romero
Si no te duermes primero
floripondio bajo la cama
Si la mujer no te ama
un paseito por Sama
Si estas de mala gana
seguro te dieron chamico
Si al sentarte duele rico
higuerilla para la almorrana
Para las pulgas artemiza
bajo la almohada o la cama
Para las rodillas la grama
con orégano y ceniza
Si no resulta una misa
o una bendición pura
Una yerba para cada mal
terminas como un tamal
Así en mi pago se cura
Sol en Moquegua
El sol bajó del cielo
un día con mucho ardor
entregó con mucho amor
su calor muy caramelo
Y jaraneo en este suelo
Dejó sus rayos y brillo
en el barrio del Portillo
al Siglo también pintó
Y a Samegua entregó
su verde y su amarillo
Por San Francisco
a la mitad de la mañana
pidió una dama Juana
de cristalino rico pisco
y a San Antonio dejó visco
Para iniciar la parranda
a Belén entregó una banda
con sus antiguos balcones
Al Huayco unos medallones
como los que Dios manda
Ya estando en el Gallito
a medio día lento calentó
Del Pisanay un vino apuró
para irse muy despacito
por el Ovalo compadrito
Visita el alto de la Villa
a media tarde y aun brilla
por el barrio Mariano Melgar
a Chen Chen no quiso dejar
sin su luz de campanilla
A las cinco hora impar
el sol pinta al paisaje
de cobrizo y rojo traje
a la Alameda y le va a dar
a San Bernabé un collar
Para despedirse bajando
el horizonte lo fue guardando
en los cerros del poniente
Dicen que por ahí derrepente
en Moquegua esta sangrando
Todo Santos
A toda la gente sincera
de esos pagos de Otora
Paralaque Sajena Quele
es esta décima postrera
En la quebraba de Sajena
comiendo cuyes fritos
los pesares son chiquitos
con al zampoña serena
Se va al galope la pena
por el callejón de la ladera
y llega echa polvareda
el huayno y fuerte piso
la alegría da un pellizco
a toda la gente sincera
A la piedra es el asado
con choclos y ricas papas
con el rocoto se te escapa
-está bravo el colorado
Con este festín esperado
se hace chica la hora
al jolgorio allá se dora
con la braza de queño
el olvido es muy pequeño
para esos pagos de Otora
Con las ofrendas a punto
en el día de Todos Santos
Toda la noche como espantos
de casa en casa juntos
y oración para difuntos
al maligno se repele
La fe allá se muele
en el batán de la vida
al mí quedo escurrida
en Paralaque Sajena y Quele
El amanecer abriga con frío
y te silba el cure el molle
no hay vivir que se atolle
en esos pequeños ríos
Se me fueron todos los bríos
tras una andina quimera
a Todos Santos se espera
con mucha comida y oración
para toda aquella devoción
es esta décima postrera
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