CUAJONE
Hilanderas manos, engranajes,
cojinetes, cables de izar palieres
En ruecas de sudor, esfuerzo, valor,
fabrican hilos de molibdeno, cobre,
lana geológica esquilada del ande
Pintan extranjeros tintes,
hebras
metálicas arcaicas,
con colores líticos volcánicos.
Mezclados , paleta profunda,
de
Chuntacala, Quellaveco y Torata,
de donde darán colorido, forma,
al cúpreo poncho de Cuajone.
Se teje en talleres de la mina
el telar, es torres, alta tensión,
alargan
hebras, eléctricas,
de andén a andén, colina a colina
Hilos de esfuerzo, esperanza trabajo
forman la
trama fecunda del tejido.
estampa pinos, eucaliptos y cipreses
con el paisaje ajado de tus poblados.
Es mítico prendedor, el cerro Baúl;
que adorna con Villa Cuajone.
flecos coloridos, cactos, queñuas,
casas, postes, tuberías, molles, carreteras,
son banderas
acarician a Botiflaca,
entre cánticos chirriantes,
de
fajas de la Concentradora.
Aguja gigante el ferrocarril,
da
puntadas geográficas de túneles,
hilvanando Charaque, Cocotea, Cimarrona
remendando distancias sin fin
Oh ! poncho de obreros, oficinistas,
extranjeros, indios, mestizos, cholos
pica, lampa, locomotora, grúa,
volquete, vagón, tractor, rieles,
mineral, empleo, trabajo, alimento,
sudor, alegría, pena, empeño y esfuerzo.
Ahora extendido en el sur,
la
esperanza de Moquegua.
Estas junto al sombrero de puna,
espuelas de sulfuros prehistóricos,
sobre el corcel del progreso,
en la gran carrera del mundo.
Oh! cobija de águilas, truchas, ñandú
jilgueros, torcazas, vizcachas, colibríes
de manos sufridas de amor, de afán,
de rostros altivos, sonrisas frescas,
inosentes niños y vientres palpitantes
Cuajone, cobre difícil polvoriento;
poncho multicolor de patria,
alimento rojizo del orbe.
eres alegría, recuerdo, historia, viento
futuro, ocupación, estudio, vida,
razón, existencia y quimera
lamparín de socavón, que alumbra
al Perú
ILO
Ha lanzado la luna
boyando el puerto
entre titilantes luceros,
la red de estrellas
para calar el cardumen,
de casas, calles y fabricas
en el infinito mar
donde navega el mundo.
Pescador eterno,
con espinel
de recuerdos
de valor y
de historia.
con anzuelo de esperanza,
La música del oleaje,
con coro de gaviotas,
te dan serenatas.
Tu glorieta, campanilla
con zarcillos de pasamanos,
colgada del cielo,
es novela de amor,
es tu poema de madera.
Has extendido tu brazo
de la punta de Coles,
para coger del Océano
algas fosforescentes
para ofrecerle a Neptuno.
Te sonríe la Boca Del Río,
con mustios labios,
buscando un beso húmedo
en tus aplacibles playas.
Fuman tus chimeneas
cigarrillos de cobre,
mitigando tu inquietud.
Peces lucen escamas multicolores,
entre algas y rocas,
para halagarte puerto mío.
Los lobos marinos, lustran sus pieles
en tus verdes aguas,
bufan llevando tu nombre, al fondo del mar.
Puerto , rincón del Océano
donde moran alegrías,
En la espuma de las olas,
y escriben con pinceles de agua,
en tus apacibles playas,
versos para tu pueblo Ilo
Puerto mío
CUYES EN MOQUEGUA
De luto la cocina de leña,
en Moquegua, de tarde,
la sazón criolla se arde
haciéndole‚ guiños, señas,
a sonrojada salsa pequeña,
pide damasco, aperitivo;
el sabor atado, cautivo,
en potajes del lugar,
se prepara el paladar,
y el jugo digestivo
Comparte alegre, su vida
la ensalada que no falta,
con el tostado que salta,
reventando su comida.
En una paila, muy pulida;
bailan maíz y chicharrón,
al son de caliente fogón,
La patasca espesa gorgotea,
en andrajosa olla y piropea,
a un tierno asado de lechón.
Danza calurosa la candela,
fumón tizón, es la batuta,
que lleva el ritmo y recluta,
al aroma, de la cazuela
y pinta de obscura acuarela
todo aquel culinario paisaje,
El picante de rojo traje,
en le plato se contornea.
moqueguano maíz blanquea,
al cuy, céntrico personaje.
Se retuerce, con premura
en la sartén ‚ un cuy estirado,
dejando el aire empapado,
con olor castizo de su fritura.
En esbelta botella obscura,
espera añejo vino mulato,
se están pasando el dato,
las papas, la zarza y el ají¡
que siempre quedaron aquí,
el cuy frito y el arroz con pato
EL CALLEJÓN
Callejón esquivo amigo
de las huellas de mi vida
suspirando mi partida
amen sombra y abrigo
Con pircas en la ladera
el callejón zalamero,
acaricias, al forastero
y castiga al arriero,
con solera, y polvareda.
De aventuras testigo,
de pasos mendigo,
estirando tus brazos,
a ti me unen mil lazos;
callejón esquivo amigo
El polvo de añoranzas,
esta entre tus pircas,
caricias son tus chilcas,
higueras tus esperanzas,
pascana me alcanzas.
Es tu senda dolorida,
ahí tienes escondidas,
todas mis aventuras,
te llevas mis horas puras,
de las huellas de mi vida.
Posada, dulce lecho,
de aquel que se agota,
eres retoño que brota,
en mi tronco chueco,
allá escondí en un hueco,
toda mi fe consumida.
Eres pesada cruz, salida,
de penas empozadas,
aun quedan mis pisadas,
suspirando mi partida
Indicas tu el destino ,
sumas millas, guarismos,
llevas por los abismos,
al vivir campesino,
quedó vacío el intestino,
el buche sin un trigo.
Tu sendero mi testigo
de pobreza, desolación
De ti llevo aun emoción,
amen, sombra y abrigo
AL
AMIGO EMILIO SOSA
Entre Praralque Quele
hay una pascana hermosa
casa humilde y sincera
la de Don Emilio Sosa
Caminar cansa la vida,
cuando vives a cuestas,
si tienes penas puestas,
en la alforja comprimidas,
con el pesar de la partida
Cuando el amor anheles,
el vagar también duele.
Llamará
amistad entonces,
sonará en tu pecho bronce,
entre Paralaque Quele
También el amor agota,
el manantial de la vida,
el alma queda escurrida,
el pensar ya nuca flota,
tronco agónico no brota,
pero ahí hay una choza.
Donde el cariño se adosa;
tu encuentras descanso.
Allá un camino remanso,
hay una pascana hermosa.
Encontrarás un sonrisa,
una palabra de aliento,
bailará destino contento.
En ese suelo si se pisa
la ternura que se desliza,
como sol de primavera.
Allá es corta la espera,
la bondad, amistad larga,
ahí te alivia la carga,
casa humilde y sincera
Hay
tumbo un molle,
un corral para los pesares,
espuelas para ijares,
para dolor que se atolle.
Hay huayno que descolle,
también fragancia de rosa,
charango guitarra melosa,
la alegría es una braza
esa la única y mejor casa
la de Don Emilio Sosa
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